Hay dias extraordinarios donde realmente creo que los
planetas se alinean y hacen que tu vida este sobre ruedas, pero hay dias, como
el de ayer que parece que los planetas deciden hacerse los distraídos y en esa
distracción pinchar una de las ruedas de
ese ligero andar y todo sale para el
carajo.-
Yo ayer tuve uno de esos días… paso a contar…
Mi vecino ha decidido cuidar al perro de su madre por un
lapso de 17 días. Creo sinceramente que los perros deberían considerarse una de
las maravillas del mundo, menos el perro que está cuidando mi fabuloso vecino. Así
como el desgraciado can han nacido con una especie de pánico a la soledad, lo
que lo lleva a ladrar en ausencia de humanos, mi vecino ha nacido con el
síndrome de apego al trabajo, es por eso que se ausenta de su casa todos los
días por aproximadamente doce horas. De más está decir que mi vecino vive solo,
ahora viene la pregunta que les hará trabajar sus mentes… adivinen que hace el perro en esas doce horas de ausencia
de mi vecino? ….exacto!!!! Ladra,Ladra,ladra. y a medida que van pasando las
horas más ladra.-
Yo que soy una mujer que considera que las cosas pasan
siempre por algo, esto pasó para que yo pudiese descubrir que de nada me sirvió
mi espiritualidad, el buen karma, las horas de meditación, el yoga relajante , los libros de autoayuda,la
empatía , los sahumerios y aceites, el agradecimiento diario al sol y a la luna… porque putee
por casi nueve horas seguidas a mi vecino y al perro de su madre con palabras
que ni yo misma sabía que conocía.
Mientras yo puteaba, mis cabellos enrulados parecían ponerse
lacios en dirección al techo, las
cataratas de mis ojos me nublaban aun más la vista, los kilos de más no evitaban
retorcer todo mi cuerpo quedando como en un calambre generalizado, y el perro del
vecino seguía ladrando y ladrando…pero algo me distrajo… un cortocircuito de luz en los dos dormitorios
del departamento
Pude con esfuerzo respirar profundo y así alivianar el dedo índice
de mi mano izquierda para buscar y
marcar el número del electricista, después de una espera de cinco horas apareció
el hombre con una sonrisa en sus labios, diciendo. “aquí estoy, tenga ud un
buen dia”… yo lo miraba en forma amenazante
sin emitir sonido mientras el perro seguía ladrando.- luego de terminado su trabajo,
habérmelo cobrado como si fuera ingeniero electricista recibido con honores y
creador de la central Atucha, se despidió
diciendo con esa sonrisita burlona… “parece que su vecino tiene un perrito”…
mire a mis alrededores para poder encontrar un cuchillo y clavárselo, pero tuvo
suerte, el ascensor llegó rápido. Él se fue y obviamente el perro seguía ladrando.
Seguía yo puteando y caminando por toda la casa hasta que veo una perdida de agua en la cocina originando humedad en una de las paredes… con mi cuerpo ya casi paralizado le pedi al portero si me podía llamar a un plomero,yo ya no tenia fuerzas como para hacerlo.
Aun el plomero no vino, lo estoy esperando tirada en el sillón del living, mirando la mancha de humedad que se agranda y como musica de fondo el ladrido del perro de mi vecino.